Mi primer contacto Con Flavio Claudio Juliano, emperador y filosofo seguidor de Platón, mejor conocido en la historia como Juliano el Apóstata, por renegar del cristianismo y tratar de revivir desde el poder una quimérica y desparecida edad de oro que identificaba con el paganismo y los cultos paganos, fue a través de aquella famosa frase y anécdota, según la cual Juliano se arrancó la lanza que le había herido de manera fatal en el campo de batalla enfrentando a los persas y volviendo la vista al cielo, la arrojó hacia arriba mientras pronunciaba la famosa frase: «Vicisti Galilæ» (Has vencido, Galileo).
Que mente humana con un poco de imaginación no echa a volar y visualiza la escena de un emperador romano herido de muerte, arrancándose la lanza que le atravesaba el cuerpo y que sellaba su suerte y la del intento fallido de resucitar a los dioses antiguos suplantados por un cristianismo avasallante e intolerante que aunque dominante para el Siglo IV aun no era la creencia hegemónica.
Que ser humano sensible no siente empatia por el hombre impetinente que hace ese gesto espectacular, que lo muestra fiel a sus ideas, que no cede en su autenticidad aun sabiendo que la vida se le escapa e intenta en un último acto inútil pero altivo y soberbio herir al dios cristiano a quien concretiza como su adversario triunfante.
Para mi, eso fue "morir con las botas puestas".
Con ese último acto desafiante y gracias a atreverse a combatir al cristianismo, gano Juliano el reconocimiento de la posteridad, a pesar de haber sido emperador por un lapso de menos de dos años, desde principios de noviembre del 361 hasta su muerte en el campo de batalla el 26 de Junio del 363 y no haber tenido tiempo de realizar obras fisicas de importancia, aunque sabemos que en el el 363, mientras se dirigía hacia Persia, deteniéndose en las ruinas del templo de Salomón en Jerusalén, ordenó la reconstrucción del templo y pretendía hacer lo mismo con la mayoría de los antiguos templos griegos.
Hace tiempo, conseguí la monumental obra de Gore Vidal, pero nunca he sacado el tiempo ni la voluntad de leerla completa, después leí que probablemente el acto final y la frase nunca existieron, pero ya yo había visto a Juliano desafiar a Dios y las ideas y las creencias, una vez impresas en la memoria nunca desaparecen ni nos abandonan.
Cuando me encontre con Juliano en el monologo decimoquinto del libro de Fernando Savater,, Criaturas del Aire, sentí que había reencontrado un amigo, aunque tomándome el atrevimiento, quizás escudado en mi ignorancia, creo que Savater no exploro ni remotamente las multiples posibilidades que le daba el polémico personaje. Juliano pudo haber dicho mucho y bueno, si el autor se hubiera empeñado y fatigado un poco mas con el.
Como existe buena y abundante bibliografía en el Internet sobre el tema, solo me queda a continuación ponerle el monologo del libro de Savater y recomendarles que se den una vuelta por los links sobre Juliano que están a continuación del monologo:
Habla Juliano el Apóstata:
"¡Oídme, ciudadanos del Imperio, soldados de Roma! Escuchad a vuestro emperador! Es la última vez que me dirijo a vosotros antes de que nos enfrentemos con las babélicas tropas del Gran Rey. ¡Ctesifonte nos aguarda, como una dulce y jugosa manzana oriental que espera ser robada por la mano viril de Roma! La batalla va a ser terrible; desde aquí podéis ver ya la polvareda inacabable que levanta el grueso de la caballeria de Sapor, sus carros y elefantes enviados en auxilio de la ciudad sitiada.
Pero aún no sabéis lo más espantoso, lo que ahora debo revelaros ya no en mi calidad de vuestro emperador y general en jefe, sino en la de sumo sacerdote de los dioses que veneramos: todos los presagios son funestos, los hados que he consultado proclaman inequívocamente su hostilidad. De los tres bueyes blancos que sacrifiqué esta mañana al amanecer, el primero vertió una sangre negra y corrompida, de insoportable fetidez; el segundo lanzó cuando me acerqué a él un mugido desafiante y lúgubre, más propio de la dorada bestia del tirano Fálaris que de un toro mortal; al tercero no pude encontrarle el higado, bien porque no lo tuviera o quizá a causa de mi obnubilación malsana. Volví entonces mi rostro hacia los cielos, en muda invocación, y vi unos pájaros extraños, semejantes a grullas, establecer con su vuelo un augurio siniestro.
En aquel instante, el naciente sol nubló su gloria por un largo momento y pensé: "Mi numen me abandona". Parece que el gran Helios siente fatiga o desazón al verse triunfante en nuestros estandartes: Sol Invicto. ¿Será porque un día vino a nosotros desde estas tierras orientales y no desea ahora convertirse en triturador de sus primitivos feligreses? Cuando se me ocurrió esta idea, la cabeza me dio vueltas con vértigo impio. Pensé:"¿Hago bien en acogerme a la protección de un dios persa para ir contra los persas?". Y luego, con horror: "Ya no sé cuáles son mis dioses". ¿Donde están aquellos inmortales que fraguaron la gloria eterna de Roma? No tengo a mi lado a los dioses de Trajano, ni mucho menos a los de Alejandro, pero frente a mí, como ellos, tengo a los persas.
Ahora puedo decíroslo sin odio y sin indiferencia, quisiera que también sin cansancio: los culpables son los cristianos y los cínicos, pero vosotros, los que os llamáis romanos y no pertenecéis a unos ni a otros, sois aún más culpables por vuestra pasiva complicidad. Los dioses dejan a quienes les han dejado.
Merecéis perecer, porque no habéis defendido la única forma de ser hombres -en el sentido glorioso de la palabra- que conocíais; es decir, ni piedad, ni virtud, ni nada a cambio. ¡Feliz agonía! Ya no puedo desearos otra cosa. Es la victoria de los desharrapados, de los que arrastran los pies por el polvo de la historia y discuten ociosa e interminablemente sobre las intrinsecas culpas que causan nuestra actual bajeza, de los que abominan de las urgencias orgullosas de la acción, de todo lo que en la vida rechaza el tonel y busca el palacio. "EI cielo es nuestro techo -dicen-. Nos vestimos con la gloria espontánea de los lirios del campo.. ¡Sólo pedimos que no nos quitéis el sol!" ¡Hipócritas y cobardes, pues lo único hermoso bajo el cielo para ellos es el ser inevitable y regalado, como la tersa capa de los lirios o la luz del sol! Nada tienen porque nada merecen y ¡qué equivocados estáis los que tenéis mucho, glotones y hedonistas de Antioquía, y perezosamente soñáis con retener sin merecer!
Todo es conquista, todo es premio: tal es la vieja y olvidada lección de Roma, la verdad más intensa que aportamos a nuestra herencia griega. Por eso me dirijo ahora principalmente a vosotros, los únicos que me habéis amado sin entenderme y por eso me habéis entendido mejor que nadie, mis fieles galos petulantes, tan lejos de vuestras tierras y de vuestras mujeres: ¡adelante, hermosos bárbaros! Ni Helios ni Marte os conmueven, vuestros íntimos dioses son impronunciables, pero jamás cederéis a la fascinación abyecta y dócil del judío crucificado o a la seducción absurda del ateísmo cosmopolita. ¡A vosotros y a los que estén dispuestos a ser tan jóvenes y libres como vosotros digo: adelante! ¡Ctesifonte es nuestra! ¡Que los malos augurios retrocedan ante nuestro asalto! Hasta los persas se nos unirían si supieran lo que defendemos..."
Aqui estan los links:
http://es.wikipedia.org/wiki/Juliano
http://www.imperiobizantino.com/juliano.htm
Finalmente aquí, le pongo un link desde donde pueden bajar el libro de Gore Vidal en español por si tienen el tiempo y la voluntad para emburujarse con esta colosal obra literaria:Juliano el Apóstata,darle Request Download link (arriba e izquierda) y luego Download File (arriba y derecha).
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