miércoles, 21 de febrero de 2007

La gorda Margot

Criatruras al aire

Después de los cuatro temas históricos nacionales que me dejaron realmente agotado, hoy comienzo con las sandeces: y lo haré a través de la obra Criaturas al aire de Fernando Savater, compuesta por 31 monólogos de personajes diferentes de la literatura universal, a quienes el autor les confiere vida propia y pone a expresar sus pareceres y pensamientos.

Debo admitir que Criaturas al aire es una de mis obras favoritas, pues me obligo a investigar a muchos personajes de la literatua universal desconocidos, hasta entonces por mí y a tener que leer las obras magistrales en que fueron creados.

Veamos que nos dice El monologo décimo cuarto, la gorda Margot en la Obra de Savater:

Habla la gorda Margot:
"¡Será posible, puerco de Satanás, bachiller de mierda, hideputa, charlatán tragón, mono rijoso! ¿Quién te has creído que eres? ¿Crees que eres mi amo, Anticristo borracho? Tienes techo, tienes pan, mucho vino y unas buenas nalgas para desfogarte cuando se te encrespan las criadillas: ¿qué más quieres, cabronazo hijo de cura? Asómate a la ventana y verás que está nevando. ¡Nieva, para que te enteres! Ayer me dijo la madre Magloire que se vieron sombras de lobos cerca del Sena y un niño no volvió a su casa por la tarde.
¡Y aquí estás tú, bien calentito por fuera y por dentro, trasegando litro tras litro de Beaune como si lo regalaran en la taberna! ¿Salir fuera a intentar buscar algo, a echar unos dados con algún incauto al que le pesen los oros o tratar de colarte por una ventana desvencijada en alguna iglesia de esas que guardan regalos más útiles a los cristianos pecadores que a los santos de cera? ¡No, el señor tiene frío, está nevando, el hideputa teme a la ronda y a los lobos!
Mejor esperar aquí, en este burdel en que vivimos, a que llegue la Primavera y entonces hacer una escapadita a la Chaise, a la Pomme de pin o a cualquier otro cabaret, a ver si alguien te invita a un litro de Baigneux blanco o alguna moza de coño golfo te permite gratis pasar con ella detrás de la cortina. Eso es lo que quieres, ¿verdad? ¡Ahorcado tengo que verte, sarraceno! Y mientras, pierdes el tiempo garrapateando baladas y canciones, como si fueras nada menos que Charles de Orleans y estuvieses en Blois rodeado de caballeros con manto de armiño y señoronas de gasa y perfumes : ¡despierta, ladrón, no eructes cuanto te estoy hablando! Pero, eso sí, cuando llego a la cama sin dinero, después de haber estado toda la tarde y toda la noche bregando con sinvergüenzas como tú, de manos muy listas para sobar las tetas pero demasiado torpes cuando llega la hora de sacudir la bolsa, el archiduque se me enfada, tiene el descaro de gritarme que debo darle su parte haya o no haya y hasta pretende atizarme un soplamocos. ¡Quieto, rata de vertedero, judío sin entrañas, quieto o te señalo la jeta! ¡Malhaya con mi suerte!

Anda, bribón, hazme sitio en el catre. ¡Bof, qué borrachera he cogido! No te puedes imaginar lo que he bebido hoy con unos y con otros: tinto con el canónigo de Saint-Benoît, que no hace más que congestionarse y resoplar mientras pimpla, metiendo mano pero sin decidirse nunca a pasar a lo más serio, ese puñetero avaro... ¡como la criada le sale gratis!; blanco con el barbero Bobignon, lástima de hombre, con lo galán y generoso que ha sido, pero ya está para pocos trotes, aunque me consta que él bien quisiera, pues de eso suelen perderse antes las fuertas que las ganas; y mucho tinto otra vez, del más barato, con tres estudiantes borgoñones que habían venido a la Sorbona a escuchar a ese Juan Gerson, Grisón o como quiera llamarse, muy guapos chicos y alegres como ardillas, pero sin un mísero ochavo... aunque yo, en vista de su buena facha, les hubiera hecho a los tres un buen precio, vaya que sí, y si bebo un poco más hasta puede que gratis, ya sabes cómo soy. Beber y beber todo lo que quieras, pero no había manera de sacar dinero a nadie, malhaya con mi suerte, yo creo que es culpa de esos condenados ingleses, que quieren robarnos hasta el aire que respiramos: ¡Dios bendiga al buen rey Carlos para que consiga arrojarlos a todos al mar!
¡Uf, qué ruidos me hacen las tripas! ¡Tengo al blanco peleando con el tinto y el Burdeos sublevado contra el Borgoña! ¡Anda, agárrame esa pedorreta! Con la curda y el sobo que me han dado estoy más caliente que una perra en celo. ¡Eso es, toca, toca y verás! Así, muy bien... ¿Quieres entonces que hagamos las paces, perillán? Ya sabes que entre las sábanas nunca estoy enfadada contigo. Venga, déjame subirme encima tuyo, que ya veo que estás bien preparado. Si te aplasto, te aguantas: ¡te voy a dejar aplanadito como una torta recién hecha! Así, así me gusta, cabroncete mío, sigue, que lo estás haciendo muy requetebién, ahora más, ladronazo mío, más todavía, qué rico está, más, más...

François... ¿me oyes? ¿No te habrás dormido ya? ¡Qué bien estamos los dos aquí juntitos, eh! Escucha, escucha cómo sopla el viento, que parece que va a arrancar las maderas de la ventana... Ya debe de estar nevando otra vez. ¡Vaya invierno que estamos teniendo! Según dice la madre Magloire, el peor que ha habido desde el año en que los ingleses quemaron a la Doncella. Mañana tienes que leerme alguna balada bonita de esas que tú escribes; no una canción cochina, no, algo de amores desgraciados o de caballeros valientes muertos en algún combate lejano. ¿Me oyes, François? ¿Sabes que ayer ahorcaron al pobre Gontier? Como te lo digo; me he enterado esta misma noche. ¡Ay, qué frío me dan esas cosas! Parece que lo estoy viendo, con su panza de oso, siempre riendo y diciéndome: ¡ven acá, niña, ven que te diga un secreto al oído! Y ahora los cuervos le sacarán los ojos... No quiero pensar en eso, es la resaca, que siempre me pone triste. ¿No te pasa a ti lo mismo? ¡Eh, François! Vaya, está dormido."

Que les parecio las palabras de la gorda Margot?.


Francois Villon
La primera vez que lo leí, desconocía por completo quien era la gorda Margot y a que obra pertenecía, entonces fue que empezó mi búsqueda insaciable del conocimiento literario que carecía. Así aprendí que la gorda Margot fue creada por el poeta francés Francois Villon, (1431-1463?) truhán del siglo XV, rimador de jocosidades obscenas, que escribía sus estrofas entre robo, mazmorra y partido de dados obsesionado por el espectro de la horca que siempre le rondaba. Margot es la protagonista de una balada titulada Balada de la gorda Margot perteneciente a su obra poetica Testimonio.
A continuación la balada en una traducción de Rubén Abel Reches


Trovador
Ítem, a la gorda Margot,
bello retrato, dulce cara
y a fe mía, ¡si la conozco!,
criatura muy abnegada
(yo la amo -me obliga el cuerpo-
y ella a mí ¡sabrosa muchacha!)
si por azar alguien la encuentra
que le transmita esta balada:

Si amo a la bella y sírvola ¿os asusto?
¿me juzgáis vil y tonto y mentecato?
Tiene ella bienes para todo gusto.
Por su amor ciño daga, escudo y mato.
Cuando alguien viene tomo pronto un vaso
y de la pieza escúrrome callando.
Después le traigo queso y pan, lo abrazo,
si paga bien le digo: "¿Vuelve? ¿Cuándo?
Cuando esté en celo, amigo, lo esperamos
en el burdel en donde el pan ganamos".

Mas si amanece y no aportó dinero
¡ay de Margot! entonces enfurezco,
no puedo verla, degollarla quiero.
Tomo sus atavíos, salgo al fresco
y con que iré a venderlos la amenazo.
Ella se planta como el Anticristo
y de matarla ahí mismo sería el caso
pues por la muerte júrame de Cristo
que no lo haré. Y así peleamos
en el burdel en donde el pan ganamos.

Pero vuelve la paz, se tira un pedo
más criminal que de un cañón la bala,
riendo me da un golpe, luego, quedo,
"¡súbete! " dice, en tanto que se instala.
Dormimos como un zueco, ambos beodos.
Si despierta y su vientre aún reclama
se alza y me monta, tales son sus modos.
"¡Nos aplasta!" gemimos yo y la cama,
"¡Por tu lujuria nos desvencijamos!"
en el burdel en donde el pan ganamos.

Que llueva o truene, tengo el pan seguro.
Soy vicioso y halléme una viciosa.
No sé cuál de los dos lo es más, lo juro.
Y la basura nos parece hermosa
y el honor nos repugna y lo ahuyentamos
en el burdel en donde el pan ganamos.


Se supone que "La gorda Margot" no era sino un rostro y un nombre pintados en el letrero de un burdel.
Espero que esta, la primera pero no la última de las sandeces que les pondré, les haya agradado.Si desean conocer mas de la vida y ver las demas baladas de la obra de Francois Villon dele click al nombre del poeta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha ocurrido lo mismo que a tí, estoy leyendo el libro de Fernando Sabater y me siento impulsado a buscar información sobre los personajes, algunos completamente desconocidos para mí.
Buen trabajo, gracias por compartirlo